Estrecheces…
Cuestionar los supuestos para entender y decidir en libertad porque las identidades vienen de las ideas y, por supuesto, tienen consecuencias. Si nos basamos en códigos erróneos, no cabe esperar nada bueno de los indicadores establecidos.
[…] «ni la discriminación de género ni la discriminación racial derivan de preferencias puramente personales. Más bien, reflejan códigos sociales que les dicen a las personas cómo se supone que tienen que pensar de sí mismas y cómo interactuar entre sí. La gente se toma este tipo de códigos muy en serio. Por ejemplo, en el caso del género, los que se identifican como hombres también quieren comportarse como se supone que se comportan los hombres; los que se identifican como mujeres quieren comportarse como se supone que se comportan las mujeres».
Imprescindible lectura de este artículo de George Akerlof and Rachel Kranton
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