… a medias
Prevenir y educar, dos formas complementarias de evitar problemas. O eso pensamos que puede ser una solución, ya que así, no se reproducirían enfermedades infecciosas, ni tendríamos accidentes laborales o automovilísticos, ni existiría la violencia humana… Pero, ¡no es tan fácil!
Para prevenir mal-entendidos, antes, hay que saber de lo que se habla. No tenemos en cuenta, que los factores implicados en la ejecución de ciertas actitudes,decisiones o prácticas que los países ricos consideramos “atroces”, muchos derivan de nuestras decisiones. Nos asustamos de la forma en que resuelven sus problemas -carecen de suficente ayuda- pero no analizamos nuestras “barbaridades prevenidas y educadas”.
¡A esto se les llama supervivientes!, y no son los del reality . El apoyo que se les ofrece, es mínimo y volátil. Lo hemos comprobado en los desastres naturales o en las guerras, nos olvidamos de su día a día, para preocuparnos de nuestro día a día “desarrollado”.
Hablando de olvidos, ¡No han puesto el nombre de la primera ministra de Dinamarca en el titular! ¿No sería mejor poner esto, a escribir una obviedad? ¿Habremos perdido la sensatez?