El pan nuestro de cada día

¡Crisis económica! Y claro, la sección de economía de los periódicos echando humo con este nivel de “exclusivas”.

Con más de 2 años relatándonos paso a paso el crack de la economía, es comprensible que esta carrera rutinaria en la que están enredados, acaben obviando el uso que hacen de las palabras.

Claro que modificar ritos tan arcaicos como el “masculino genérico” es, y seguirá siendo,  una de nuestras causas pendientes en el sistema de comunicación, aunque, ciertamente… hemos mejorado.

La vicepresidenta económica, Elena Salgado, considera que la banca no está haciendo bien sus deberes a la hora de evaluar los riesgos al financiar a las pymes.

Si el titular considera que Elena Salgado es la «vicepresidenta… ¿es comprensible que la totalidad del artículo sea un derroche de repetitivo y redundante masculino genérico? ¿Para qué usar términos como *presidente y vicepresidente* en cargos que desempeñan mujeres? Por ejemplo, la Asociación de Jubilados Secot, que se inicia con un bien pensado “Voluntariado de Asesoramiento Empresarial”, mantiene una masculinizada descripción de cargos a pesar de estar compuesta  por *una presidenta y dos vicepresidentas*.

El empeño de este tipo de lenguaje en prensa llega a ser, ciertamente, desmedido. ¿Resulta tan complicado llegar a expresiones del tipo: «profesionales en estado de jubilación o prejubilación de la banca» o «las personas prejubiladas del sector financiero jugarán un papel relevante, aunque como voluntariado»?

Lo decíamos ya en ¿Indicadores del subconsciente? y este artículo nos ratifica en la reflexión “Quienes nos informan, deben cuidar sus noticias a la «ciudadanía» tanto en el fondo como en la forma”

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Tamara G. Lema

Ha dirigido el desarrollo del universo "Calcetin(e)s". Actualmente compagina su participación en Máscaras con un nuevo proyecto personal.